La alimentación saludable es aquella que aporta todos los nutrientes esenciales y la energía que cada persona necesita para crecer y mantenerse sana. Como el alimento cumple una función preponderante en la vida diaria, las personas que se alimentan saludablemente ganan calidad de vida y obtienen ciertos beneficios para su salud:
- El cuerpo se encuentra más protegido contra enfermedades.
- Hay una mejora en el aprendizaje y en la capacidad de trabajo.
- El cerebro funciona mejor, fortaleciendo la atención y la memoria.
- Se dispone de más energía para realizar las tareas cotidianas.
Pero también hay que reconocer que este proceso puede influenciar cuestiones socio-culturales. De esta forma, entendemos la alimentación como un fenómeno complejo e integrador donde:
- Se constituye un proceso de socialización en la crianza de niños y niñas (enseñanza de horarios, rutinas, normas y valores de convivencia)
- Se mantienen vivos los lazos entre personas y grupos sociales (debido a la necesidad de formar parte del proceso de generar, trasportar y/o adquirir alimentos)
- Se adquiere un sentido de pertenencia e identidad como sociedad (que tienen que ver con nuestros hábitos de alimentación)
Ahora bien, para que una alimentación sea considerada saludable es fundamental que sea:
COMPLETA Y VARIADA, de manera tal que a lo largo del día estén presentes los 5 principales grupos de alimentos:
- Cereales, derivados y legumbres secas.
- Verduras y frutas.
- Lácteos: leche, yogurt y queso.
- Carnes y huevos.
- Aceites y grasas: como manteca, margarina, crema de leche, frutas secas y semillas.
ADECUADA a la edad de vida y a la actividad física que se realiza, dado que los requerimientos nutricionales son diferentes de acuerdo a estos factores.
INOCUA, lo cual significa que los alimentos no estén contaminados ni en mal estado y, por ende, no enfermen nuestro cuerpo.
PLACENTERA, que apunta a tener en cuenta que en general aprendemos a gustar de alimentos que asociamos con situaciones agradables.
SENTIDO DE PERTENENCIA, que se refiere a que a través de los alimentos y de lo que comemos nos identificamos con un grupo social.
Una alimentación saludable es nutricionalmente suficiente, adecuada y completa, compuesta por una gran variedad de alimentos, incluida el agua. Esto permite que nuestro cuerpo cubra nuestras necesidades biológicas básicas y reduzca el riesgo de padecer enfermedades. La variedad de alimentos incluida en nuestra alimentación diaria nos posibilitará aportar los nutrientes recomendados como los carbohidratos, grasas, proteínas, vitaminas y minerales que el cuerpo necesita para poder realizar las diferentes actividades.
El cuerpo utiliza como fuente principal de energía a los hidratos de carbono, y en segundo lugar utiliza las grasas como combustible de reserva. Las proteínas, en cambio, tienen como función prioritaria la formación de tejidos. Por otro lado, las vitaminas y los minerales no aportan energía pero son necesarios para que el resto de los nutrientes puedan cumplir con sus funciones. Es por eso que se dice que las vitaminas y los minerales tienen función reguladora.
¡A través de una alimentación saludable podemos llevar una vida más saludable!