Los afiches o posters responden a otra forma más de la necesidad de expresión. Combinando distintos signos y elementos gráficos, a lo largo de la historia la humanidad a vehiculizado sus mensajes a través de estas piezas comunicacionales. Siempre ligado al contexto social, económico, político y cultural de la época, los afiches lograron reflejar las realidades del momento. Sin dudas los movimientos artísticos y los sistemas de impresión fueron evolucionando, y con ello marcaron y signaron según la época la manera de confeccionar estos pósteres.
Uno de los hitos que marcaron un antes y un después en la creación de afiches, pósteres o carteles es la invención de la imprenta en el 1440. Gracias a esto el comerciante, escritor e impresor inglés William Caxton realizó el primer cartel impreso en 1477, anunciando aguas termales. Pero el francés Jean du Pré realizó en 1482 el primer cartel publicitario ilustrado que se tiene constancia. Luego la revolución industrial, las propagandas bélicas entre las Guerras Mundiales, las vanguardias artísticas, también sirvieron de contexto para la producción de afiches. Por mencionar algunas corrientes: la litografía, Bauhaus, el “art decó”, el constructivismo, el offset, el minimalismo y la psicodelia.
Con las nuevas tecnologías y las actuales maneras de comunicación digital, sabemos bien que el cartel ya no es un cartel. Nuevos soportes y nuevas maneras de consumir datos exigen otros modos de producción de conocimiento y de información. El afiche como tal ya no es necesario. Sin embargo, sabemos que es un relato vivo y sigue siendo una manera copada de comunicar.
Repasemos algunos ejemplos icónicos de estas obras. Tal vez les pueda servir de inspiración:
- Moulin Rouge: La Goulue, de Toulouse Lautrec. 1891
- Tournée du Chat Noir, de Théophile Steinlen. 1896
- I Want You For U.S. Army, de James Montgomery Flagg. 1917
- Metrópolis, de Schulz Neudamm. 1926.
- Keep Calm And Carry On, Autor desconocido. 1939.
- We Can Do it!, de J. Howard Miller. 1943.
- Vertigo, de Saul Bass. 1958.
- Viva Che! de Jim Fitzpatrick. 1968.
- Eye Bee M, de Paul Rand. 1981.
- Hope, de Shepard Fairey. 2008.
¿Por dónde empezamos a armar un afiche o póster?
Desde la 9na edición de Fruteá Tu Escuela les dimos un parámetro con medidas. El tamaño del afiche o poster podrá tener un mínimo de 65 x 100 cm y un máximo de 130 x 200.
- MOMENTO INICIAL: pensemos qué información queremos transmitir. Desde el concurso ya les dimos un argumento: convencer a sus compañeros de consumir más fruta fresca ya que esta es una decisión saludable y ambientalmente responsable. Además, pensemos qué elementos va a incluir. Sabemos que la fruta es indispensable. Pero quizás se les ocurra otros: hojas blancas, hojas satinadas, cartón, crayones, fibrones, témperas, pinturas, pegamentos. Organizá a tu equipo y reuní todo el material posible.
- MOMENTO CREATIVO: quizás el momento más placentero ¡Manos a la obra! Podemos empezar delimitando las letras o los dibujos que va a tener el afiche (docentes y padres puedes ayudar a hacerlo). Luego, sumar el resto de los elementos. ¡Con cuidado! Si van a usar tijeras o pegamentos, que la actividad sea supervisada por un adulto o una adulta mayor responsable.
- MOMENTO DE CIERRE DE LA ACTIVIDAD: una vez la pieza quede confeccionada, podemos revisar si hace falta agregar o quitar algún elemento. Es un buen momento para reflexionar junto a los y las más peques sobre la alimentación saludable y cómo se sintieron al realizar el póster.